1990. Viaje a la vanguardia.
En 1990 empezábamos ya a ambientarnos en el mundo gastronómico, y nuestro espejo ya no era sólo la guía Michelin, sino también la guía y la revista Gault & Millau, fundadas por Henri Gault y Christian Millau, quienes casi dos décadas antes habían apoyado y dado nombre a la nouvelle cuisine. Gracias a ella nos enteramos de la existencia
de dos cocineros a los que se consideraba los más vanguardistas del momento, Michel Bras y Pierre Gagnaire, y decidimos ir a conocer in situ su cocina. Este viaje marcó nuestra manera de entender la cocina. De Gagnaire aprendimos algo que puede resumirse en estas palabras: “Todo es posible”. Con Bras descubrimos la sensibilidad, el mundo de la naturaleza, el respeto por
el gusto bien marcado de cada producto, hasta un nivel que nunca habíamos probado hasta entonces, un concepto de cocina basado en la pureza. El entusiasmo que nos despertaron comenzó a marcar nuestra cocina, en la que empezaron a alternarse el estilo basado en lo autóctono, que nos caracterizaba hasta entonces, y otro más vanguardista y sin raíces. |
Guía Gault & Millau de 1990.
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