1996. El apoyo de Robuchon, vital en nuestra carrera.
No es un secreto que Joël Robuchon es uno de los grandes nombres de la cocina de los últimos veinte años, ni tampoco que su voz tiene amplia resonancia en el mundo de la gastronomía. Por ello, cuando en una entrevista concedida en 1996 señaló en Ferran Adrià a su “heredero” y dijo de él que era el mejor cocinero del mundo
(una opinión que ya pronunció, de forma más matizada, en 1994) atrajo sin lugar a dudas las miradas de todos los críticos y gastrónomos hacia elBulli. Cuatro años antes, un día de verano de 1992, Robuchon había venido a comer a elBulli. Durante los tres o cuatro días anteriores, estuvimos realmente nerviosos, una sensación que no sólo no nos abandonó cuando
llegó, sino que aumentó incluso cuando nos dijo que sólo podía permitirse un menú rápido porque debía ir a Perpignan para enlazar con un TGV. Obviamente habíamos pensado en un menú largo, y sentimos cierta decepción al pensar que deberíamos acortarlo. Para nuestra sorpresa, a mitad de la comida nos dijo que no le importaba perder el tren y que quería llegar
hasta el final. Así comenzó la historia de la relación entre Robuchon y elBulli.
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Joël Robuchon, flanqueado por Juan Mari Arzak, Antoine Hernández, Rafael García Santos y Ferran Adrià.
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